El poder de una llamada
Hola de nuevo!
Hace poco me hice una nueva transferencia y volvió a salir mal. Es increíble cómo una llamada puede cambiar todo. En esta entrada voy a hablar de los quince días que pasan desde que te hacen la transferencia hasta que recibes el resultado.
La verdad que la espera en sí la voy llevando cada vez mejor. Durante los quince días intento estar entretenida. Como ahora estoy estudiando, cosas para hacer no me faltan. Lo malo que cada ocho horas tienes que medicarte y eso hace que no te olvides del tema durante mucho tiempo, porque además una de las cosas que tenía que tomar, la progesterona, digamos que es un poco incómoda y hace que también te acuerdes algún rato entre las ocho horas. Esta vez también he estado fuera los dos fines de semana por lo que la espera se ha hecho más amena. Pero inconscientemente te comportas como si estuvieras embarazada: no bebes café ni coca cola (ni alcohol, pero eso no lo hago nunca), no comes embutido ni cosas crudas, intentas no hacer esfuerzos, tienes cuidado de que nada golpee por accidente tu barriga (en mi caso me refiero a que Lina no se ponga de pie poniendo sus patas de golpe en mi tripa), en fin, cosas como esas. Algunas te las manda el médico, pero la mayoría son por iniciativa propia. Y es absurdo porque las mujeres que se quedan embarazadas por sí solas, no lo saben hasta el mes como pronto, y durante ese mes han hecho y comido lo que han querido, pero no sé, sabiendo (o deseando) que puedes estar embarazada y sobre todo por lo mucho que está costando, pues haces todas esas cosas, aunque ya digo, que de forma inconsciente porque prácticamente no pienso en ello, pero es como una alarma interior o algo así.
Pero llega el día de los análisis, para mí el más duro. Por lo menos tengo la suerte de que las últimas veces me he hecho los análisis en el laboratorio donde trabaja mi mejor amiga, por lo que el resultado lo tengo en el mismo día y la que me da la noticia es ella. Desde que te sacan la sangre hasta que recibes la llamada, estás todo el día como en “stand by”; no haces planes porque dependiendo de la noticia podrás hacer unas cosas y otras no, no quedas con nadie porque no sabes si vas a estar triste o contenta, aunque salga positivo esperas aguantar las ganas de contárselo a todo el mundo porque es muy pronto y aún pueden pasar muchas cosas. Una llamada que puede darte esperanzas o tirar todo por los suelos. Una llamada que te hará feliz y tener miedo por lo que pueda pasar o una llamada que te volverá a hundir y te dará miedo por si nunca lo vas a conseguir. Es increíble lo que puede hacer una llamada. Antes de la llamada puedes estar viendo la tele sin saber si vas a estar feliz o triste un segundo después de la llamada. Y como dije, por suerte, la noticia me la da mi mejor amiga, aunque para ella sea muy desagradable tener que decirme ese resultado.
Bueno, hoy estoy mucho mejor, así que no os preocupéis. Por suerte no me ha costado mucho volver a estudiar, así que aquí seguimos, cogiendo fuerzas para el siguiente tratamiento.
Gracias Paola por compartir tus sentimientos una vez más. Te abrazo querida.
gracias!
Hola Paola, no sabes cuánto me identifico contigo,te he encontrado por casualidad googleando y desde hoy te seguiré!
muchas gracias! me alegro de que me encontraras. Un beso y ánimo!